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Soplan vientos de cambio

En el primer trimestre de 2024, el entorno de los mercados financieros ha experimentado un cambio radical que no se ha visto reflejado necesariamente en los comentarios de los analistas y los inversores, ni tampoco en los medios. Este grupo de inversores se resiste a asumir el inapelable descenso de la inflación en todo el mundo, a excepción de algunas obstinadas economías de menor relevancia o influencia. Algún que otro célebre analista de mercado ha llegado a afirmar que el mercado de bonos estadounidense —el mayor y más importante referente en todo el mundo— peca de optimista, ya que las tires no han vuelto a subir, como preveían los economistas. Lo mismo ocurre en la mayoría de mercados de bonos mundiales, donde el debate abarca desde cuestiones técnicas, como el acusado aumento en los requisitos de endeudamiento público, hasta el agotamiento de la liquidez y la menor demanda de renta fija por parte de los inversores.

Sin embargo, se ha pasado por alto que el gran aumento del coste del dinero —con el que se pretendía evitar que la inflación se incrementara de forma descontrolada— ha tenido los efectos pretendidos de aumentar el ahorro de los consumidores y desincentivar el consumo, provocar una reducción significativa en la disponibilidad de crédito de algunas economías mundiales, y suspender de forma temporal los programas de inversión en activo fijo prospectivos. Tal y como se preveía, estos y otros efectos secundarios dieron lugar a un cambio en el rumbo de la inflación y sus expectativas en todo el mundo.

Otro aspecto que se debe tener en cuenta es el efecto derivado de las subidas de tipos. Es el caso de EE. UU., donde, aunque las consecuencias de las subidas de tipos aún no han hecho mella dada la alta proporción de hipotecas a tipo fijo, ha decaído la práctica habitual de financiar el valor residual de la vivienda mediante un préstamo por el valor de la vivienda, lo que ha afectado al gasto de los consumidores desde otra perspectiva.  

Del mismo modo, aunque se habló mucho de las consecuencias de las subidas de tipos en el mercado inmobiliario comercial por razones evidentes, poco se ha dicho acerca de los efectos en la financiación de capital riesgo y, por consiguiente, en las primeras fases de las financiaciones en el ámbito de la biotecnología. 

En el caso de Alemania, el país ha vuelto a erigirse como la nación más convaleciente de Europa. Pese a que existen numerosos motivos —económicos y, sobre todo, políticos— que justifican esta afirmación y por mucho que esto perjudique a su reputación, los precios de las acciones y de los bonos no se han visto afectados. Como ya ocurrió en ocasiones anteriores, el índice DAX alemán alcanzó niveles históricos, y las tires de los bonos caen cada vez más de forma constante, para sorpresa de los operadores y analistas más agoreros.

Por su parte, en los mercados desarrollados, la mayoría de los responsables de bancos centrales han rehuido las expectativas de recortes de tipos, al menos hasta hace poco, incluidos los sospechosos habituales: la Reserva Federal y el Banco Central Europeo. Muy pocos afirman que los costes salariales han interrumpido su tendencia alcista, mientras que la inflación en el ámbito de las materias primas no se ha visto afectada por las interrupciones comerciales o la inestabilidad política en Oriente Medio y Rusia, entre otras muchas malas noticias. Una vez más, los mercados de bonos han hecho gala de su independencia.

Esto es algo que no debería sorprendernos. A diferencia de los mercados financieros, al mercado de bonos del Tesoro estadounidense, por ejemplo, cuya capitalización asciende a 26,8 billones de dólares,[1] no suelen afectarle las declaraciones de los responsables de los bancos centrales, cuyo talento y experiencia no se cuestionan, pero a quienes tampoco les gusta que les endosen la etiqueta de «misteriosos». Al fin y al cabo, son seres humanos que trabajan en grupo, y su labor no consiste en adelantarse a los acontecimientos ni prever las ganancias futuras al tipo vigente, sino en garantizar la estabilidad de los precios y evitar que los excesos de los bancos deriven en los caos que a veces se dan cuando los dirigentes bancarios no se someten a una disciplina estricta.

Los inversores están desconcertados ante la resiliencia de las bolsas mundiales, cuyos aumentos de precios de los últimos seis meses, aproximadamente, se han visto respaldados por la resiliencia que suele prevalecer en los mercados de bonos. Dado que ambos van de la mano, esta situación no debería sorprender a los inversores con más experiencia que ya han visto cómo este escenario se ha repetido en numerosas ocasiones durante las últimas décadas, y que saben que deben centrarse en las empresas subyacentes en las que invierten, en lugar de en las «modas» a corto plazo por las que apuestan los inversores que suelen ser más viscerales. No hay duda de que algunas de estas modas reinarán temporalmente, como es el caso de las empresas de alto rendimiento con una calidad mediocre o de los precios de acciones basados en el momentum que fluctúan al alza porque los participantes a corto plazo no pueden dejar pasar ningún repunte, como ha ocurrido con las «siete magníficas» en el mercado bursátil estadounidense. Sin embargo, este tipo de modas o tendencias temporales tienen las patas muy cortas y no sobreviven mucho en el mercado.

¿Qué supone esto para los inversores quality growth?

Las normas de las inversiones quality growth no cambian con el tiempo. Lo que importa en este tipo de carteras es la diligencia, el conocimiento y la investigación continua. De modo que estos inversores sabrán distinguir entre los elementos esenciales y los prescindibles de este enfoque, y se centrarán en los primeros. Hay quien diría que tan solo hay que filtrar el «ruido» de los bulliciosos mercados financieros y prestar atención a los indicios que conducen a rentabilidades superiores con menos riesgos.

Este mensaje es imperecedero y hoy más necesario que nunca.

P. Seilern

29 de marzo de 2024


[1] US Treasury Securities Statistics – SIFMA, https://www.sifma.org/resources/research/us-treasury-securities-statistics/


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